Teen Wolf

¿Qué es? Una serie juvenil. ¿Quién la pasa? Sony SPIN. ¿Qué días? Los miércoles por la noche. ¿Está buena? Sí. ¿Y de qué trata? De hombres lobo.

Sí, yo sé que la sola mención de hombres lobo justo ahora que todo es vampiros, zombies y fantasmas suena poco menos que asquerosa, ¿pero me creería si le dijera que este proyecto vale la pena?

Cuando lo anunciaron, casi, casi, que maldije mi suerte. ¡Cómo era posible que la televisión internacional nos saliera con esto! ¡Qué onda con su creatividad! ¡Y juvenil! O sea, ¡chafa!

Le juro que me dispuse a ver el capítulo uno con toda la flojera del universo pero desde el minuto uno me atrapó.

“Teen Wolf” es mucho más que una serie juvenil de fantasía tipo “Split” o “Valemont”, es un producto digno de los mejores perfiles de audiencia tipo Sony, Warner Channel o Fox.

Su mayor virtud está en la manera como sus responsables tomaron el tema de los hombres lobo y lo adaptaron a las circunstancias del siglo XXI.

Ser hombre lobo en “Teen Wolf” no es como haberlo sido en las películas o en otras series como “Being Human”, es una oportunidad para encajar en la sociedad, para ser alguien y hasta para conquistar a la mujer amada.

Por tanto, es una tentación monumental. ¿Pero qué pasa cuando hubiera sido mejor seguir siendo diferente? ¿Qué sucede cuando hubiera sido preferible seguir en el anonimato? ¿Qué pasa cuando la mujer amada necesitaba algo más que fuerza, belleza y popularidad?

Es una buena historia, está plagada de enredos e intrigas, en términos melodramáticos cumple con todos los requisitos del género pero lo que más me tiene sorprendido es su producción.

“Teen Wolf” no le pide nada a emisiones que han recibido promoción hasta por debajo del agua como “Falling Skies”. ¿Y quién la menciona? ¿Quién la recomienda?

Trate de verla con el mismo entusiasmo con el que saldría a ver una película de terror al cine.

A veces es necesario soñar y con estos señores, a diferencia de lo que luego sucede con la televisión mexicana cuando se mete con cuestiones fantásticas, sí nos la podemos pasar bien, sí les podemos creer.

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